lunes, 10 de marzo de 2014

Imperfección, Capitulo 6

Capitulo 6

Intenté retroceder, lentamente, sin echar la vista atrás. 
Pero algo me impidió seguir con mi misión de retirada.
-¿Quién esta ahí?- dijo mi padre soltando a su amante de sus brazos. 
Mi padre comenzó a avanzar, paso a paso, cada vez más cerca.
Mi herida ardía, pero no tenía tiempo para lamentarme, cada vez me quedaba menos tiempo para huir.
Me empecé a preparar: primero respire profundamente con los ojos cerrados para visualizar el plan, después mire hacia ambos lados buscando la salida correcta. Y por último me recogí el pelo sudoroso y empapado y lo guarde en la capucha de la sudadera de María. Termine de cubrirme la cabeza y comencé a desplazarme de forma cautelosa evitando un punto de vista en el que mi padre pudiera verme.
Pero aun me parecía imposible hacer una buena huida.
De pronto me vino una alocada idea a la cabeza, y me dispuse a palpar el suelo, en busca de un objeto que lanzar. 
Topé con un pequeña piedra redondeada enterrada entre tierra y hojas secas otoñales.
En dirección opuesta precipite la grisácea piedra entre unos oscuros arbustos. 
Mi padre de inmediato se dio la vuelta completamente y comenzó a localizar el ruido.
Esa era mi oportunidad. Me impulsé y corrí tan rápido como pude, sin mirar atrás ni detenerme pasara lo que pasara.
Cuando llegué a la puerta interrumpí mi carrera de un golpe seco, utilizando la puerta como freno.
Tenía una acelerada respiración y mi corazón parecía salirse de mi pecho.
El coche de Julia se marchó, lo que significaba que mi padre se dirigía a casa.
Entre precipitadamente, y bajé tan rápido como pude las escaleras, tropezando en el penúltimo escalón y cayendo sobre el mármol de la escalera frío y resbaladizo.
Mi herida parecía volver a sangrar.
Unas llaves sonaron abriendo la puerta de la entrada.
Mi estómago se hizo un nudo. Y con un último impulso me encerré en mi habitación.
Estaba asustada, por lo que me metí en la cama rápidamente y me cubrí por completo con las arrugadas sábanas.
Oía cada uno de los golpes de las pisadas de mi padre con sus enormes zapatos de cuero Italiano.
Temía lo peor. 
Mi padre se detuvo unos instantes, hubo un silencio que abarcó la casa entera. Solo se podía oír mis palpitaciones.
Sentía temor. Pero poco segundos después continuo caminando hasta su dormitorio.
Respiré profundamente.
Intente asimilar todo lo que me ocurrió a lo largo del día y cuanto más lo pensaba peor parecía.


Estuve varios días encerrada en mi cuarto, con el móvil apagado, sin querer saber nada del mundo.
Mi madre pasaba totalmente de cualquier problema que tuviera. Mi padre ¿Acaso sabía que existo?
Madeline intento que cediera a hablar con ella y contarle lo ocurrido, pero ni si quiera me digne a abrirle la puerta. Mi hermano llamo un par de veces preguntando por el mando de la tele, pero ni si quiera le respondí. 
Así sucedieron los días, dos, tres, cinco, siete, ... 
Tenía miedo de salir, más que miedo, pánico. No quiera descubrir más mentiras, no quería volver a ver un ser humano.
Me sentía desconectada y apagada.
Y la tarde del Viernes siguiente, mientras estaba envuelta entre sábanas, atrapada por la manta y cubierta por la almohada, con la luz apagada desde hacía una semana, algo muy peculiar pasó.
En un instante me pareció oír la voz de María y Olivia. Y en realidad así fue.
-Ana, soy María, ¿Estás bien?- dijo cariñosamente -Estoy con Oli, por favor ábrenos solo queremos estar a tu lado y ayudarte.
Sus palabras atravesaron las capas que me recubrían y me llegaron al corazón. 
Así que puse esfuerzo en levantarme y abrirles. Fue un largo trayecto hasta la puerta, hasta que con mis piernas flácidas y temblorosas conseguí avanzar.
Abrí el pestillo e inmediatamente me volví a recostar en la cama.
María se acerco y me acaricio el hombro, y me pidió por favor que le contara como me encontraba.
Por otra parte, Olivia me pidió disculpas, por no haber estado a mi lado cuando la necesitaba.
Tenía muchas cosas que contarle, pero llevaba tanto tiempo sin hablar, que me preguntaba si aún sabría hacerlo.
Comencé por girarme y mirarla a los ojos, las dos se horrorizaron al ver mi aspecto: con unas ojeras grandes y moradas, mi herida hinchada y rojiza, mi piel blanca y sin luz, mi labios morados y mis ojos caídos; mi pelo estaba despeinado y enmarañado; y tenía pequeños tics que me daban de vez en cuando en el cuello, como si fuera a caer una bomba sobre mi.
Necesitaba desahogarme y contarles lo ocurrido. Pero resultaba difícil de explicar desde un principio.
Pero finalmente, no resulto un problema, pues me ayudaron a empezar.
¿Qué paso con... Jorge?- sugirió como tema Olivia.
María le miro, regañandole por haberme preguntado tal barbaridad en mi estado.
-Estaba furioso, le había ignorado todo el tiempo cuando quiso ponerse en contacto conmigo y se frustró al parecer- 
María y Olivia me miraron alegrándose de oírme hablar.
Quisieron interrogarme más, pero les interrumpí. Necesitaba contar algo más a parte de el incidente pasado.
-Hay algo más, ... Mi madre... Esta embarazada- dije avergonzada.
Abrieron los ojos hasta punto en que parecían estallar, pero no esperé una respuesta, continué hasta el final.
-Pero el embarazo no es de mi padre- dije acariciándome la dolorosa herida.
-¿Pe... Pero como sabes que no es de tu padre?- pregunto incrédula Olivia.
-El hace unas semanas, decidí buscar alguna prueba para averiguar quien era la amante de mi padre, pero me encontré algo más peculiar.-
María y Olivia, me miraban asombradas esperando el final de la historia. Inconscientemente se cada vez estaban más cerca, como si necesitaran oír claramente lo que contaba.
-... y en unos de sus cajones... encontré unos papeles médicos, en los que se certificaba el pago de una operación de vasectomía de mi padre.-
Las dos se impulsaron hacia atrás expulsando una fuerte respiración de impresión.
Quisieron hacerme más preguntas al respecto. Pero no había terminado.
-Y ya he averiguado con quien engaña mi padre a mi madre...- di una pequeña pausa, respire y continué - Es Julia Zardaña- 
Las dos quedaron horrorizadas 
-Pero... ¿Esa no es la profesora de tu hermano?- dijeron a la vez.
Asentí perezosamente.
Hubo un silencio. Ya no había más, terminé de contar todo.
Pero Olivia no...
-Eh.. Ana... Yo y David... Lo hemos dejado-
Por un momento me alegré aunque, debo de reconocer que también me sentí mal por ser tan cruel.
Pero luego me caí en la cuenta de que ya no tendría oportunidad de ver a Alex. Y por muy poco sentimiento que tuviese hacia el, me caía bien y me atraía.

Pasamos la mañana hablando, y Olivia se dio cuenta de mi estado de ánimo tras su noticia y ella sabía que no era por David.
Tras un larga charla se decidieron marchar, pero Oli dio media vuelta y me agarró la mano, la abrió cuidadosamente y dejo un pequeño papel enrollado en ella.
Me pregunte que sería y al abrirlo descubrí que había apuntado un número de teléfono.
Sentía miedo de llamar, pero pensaba que con las confianzas ella nunca me daría nada que me perjudicara, así que opte por llamar.
Comenzó a sonar, un tono, dos tonos, tres tonos, ...
-¿Diga?-
Me quede paralizada, era la voz de... ¡Alex!
-Hola Alex, soy Ana la amiga de Olivia, ya sabes... la ex de David-
Pareció alegrarse de verme, pero al parecer no estaba informado de la reciente ruptura de la pareja.
Tras un largo intercambio de noticias, me propuso quedar, un petición que acepte inmediatamente.
Me alegre muchísimo, y fui rápidamente a prepararme, me vestí con mis mejores ropas y me maquillé e intenté cubrirme la herida, pero sentía un dolor insoportable.

Mientras el llegaba, esperaba impaciente, mi pierna, hiperactiva, daba pequeños talonazos al suelo, unos seguidos de otros. Y estaba constantemente rizandome un mecho de pelo, girándolo una y otra vez alrededor de mi dedo índice. Sentía unos nervios que me impedían dejar de temblar, y sentir hormigas recorriendo mi cuerpo.
De pronto, unas manos calientes y suaves me cubrieron los ojos, mi corazón se aceleró pero procuré tranquilizarme.
Agarré las manos y las separé cuidadosamente de mi vista, y allí estaba, con su preciosa sonrisa que provocaba la mía. Sentí un vuelco a mi corazón, y desde ese momento no quise que acabara la tarde. Nunca.
Se sentó a mi lado y me acarició el hombro.
-Me alegro mucho de verte Ana, de verdad, tenía muchas ganas de quedar-
En ese momento desconecté totalmente y solo me centre en su mirada, en su boca, en él.
Mordí ligeramente mi labio inferior y mis pupilas se agradaron en un instante.
Alex me propuso dar un paseo e ir a comprar algo de comer.
Me pidió mi dinero y me pregunto que me apetecía comer, en ese momento desee decirle que a él, pero no teníamos aun esa confianza y no me atreví a estropear la tarde.
-No se la verdad...-
No hizo falta más, entro rápidamente en la tienda y salio con una bolsa de regalices y corazones.
Y nos decidimos sentar en el parque de una urbanización abierta.
Abrió la bolsa cuidadosamente y agarró un regaliz. 
-Toma- me dijo con una adorable sonrisa.
Mientras tomaba el regaliz de su mano sentí fuegos artificiales estallar en mi pecho y llenarme de alegría.
Durante todo ese tiempo olvide todas mis preocupaciones y mis problemas.
Estuvimos hablando durante horas, riendo y compartiendo golosinas; hasta que hubo un largo silencio, nuestras miradas se cruzaron y se quedaron fijas, mi corazón parecía estallar e ir a mil por minuto.
Alargó su brazo hasta mi rostros y acarició muy lentamente y con mucho cautela mi herida, en ese momento dejo de doler y sentí un agradable cosquilleo. 
Su perfume me atrapo en mis fantasías y sus labios me hipnotizaron.
-¿Qué te a ocurrido?- dijo con ternura y preocupación al mismo tiempo.
No quería interrumpir el buen camino que había tomado la tarde, así que opté por contarle otra versión.
-Tuve un accidente con la bici- dije con una sonrisa tontorrona.
Alex me dedicó una sonrisa, se acercó a escasos centímetros de mi rostro y me susurro al oído
-Ai, Anita, no me des estos sustos, no se qué haría si te ocurriera algo-
Mis respiración se hizo más fuerte, mi ojos se agrandaron y mis labios deseaban los suyos.
Su mirada se clavó en mi rojiza boca, que me mordía cada cierto tiempo; mis ojos se perdieron en la suya.
Lo necesito.


Bueno queridos lectores, esto es todo por hoy espero que os haya gustado, de verdad. 
Y como ya sabéis podéis seguirme en:

Seguidme y darle me gusta a mi página, para poder estar al tanto de cualquier novedad y capitulo que suba.
Por cierto, no puedo comprometerme a subir un cierto día capítulos porque no me gustaría dejaros esperando a subirlo y que finalmente no puedo, por tanto intentaré subir todos los capítulos que pueda por semana, claro está uno por día.
!
Os deseo una buena semana y hasta el próximo capitulo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario