sábado, 15 de febrero de 2014

Capitulo 3

Capitulo 3

"... el chisme cayó dejando el resultado al descubierto"
Las piernas débiles me mantenían a escasos centímetros del suelo. Mi cuerpo temblaba y notaba como mi rostro estaba cada vez más pálido.
No quería cogerlo, lo miraba sin fijarme en el resultado, mis ojos no querían verlo.
Tenía un miedo incontrolable, y me sentía asustada y alterada.
Necesitaba saber el resultado; por tanto agarré el test de embarazo sin fuerzas y el prospecto que lo medio-envolvía antes de que cayera al suelo.
Parecían jeroglíficos, hasta que por fin, al final de prospecto hallé la respuesta.
-Dos rayas, resultado positivo; una sola raya, negativo- leí.
Me fijé en la pequeña pantalla que tenía el test, tan pequeña como la de una calculadora.
-Dos rayas, dos.. rayas. ¡Dos malditas rayas!- dije liberando la tensión del momento.
No me lo podía creer, mi madre, de nuevo embarazada. Se me pasaban diversos pensamientos por la cabeza.
¿Si mi madre no me hacía caso con un hermano, como sería con dos?
¿Lo llegará a tener?
¿Hará lo mismo con Lucas, como que hizo conmigo cuando nació?
Pero todos aquellos tormentos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta de la habitación de mi madre.
Tiré rápidamente el test a la basura y me incorporé lo más rápido que pude.
Mi madre entró en el baño y yo le miré con cara de haber visto un fantasma.
-¿Qué haces aquí?- Me dijo sobresaltada.
-He venido por tu sombra marrón de ojos, para echarme un poco- le dije intentando disimular.
-¡Te he dicho varias veces que no la cojas, es muy cara Ana! Tu tienes las tuyas.-
-Lo sé, lo siento- dije bajando la cabeza hasta que mi barbilla toco mi pecho.
-¿Donde la has dejado?-
Después de tantos nervios, me olvidé de que se cayó al suelo quedando echa trozos.
-Pues... verás...- dije entrecortada y avergonzada.
De repente, una llamada me interrumpió. Salvada.
Aproveche cuando mi madre se dio la vuelta para coger el teléfono, y me  marché a mi cuarto rápidamente.
Me senté junto al espejo, esperando que mi reflejo me aconsejara, ya que esto era tan grave que era incapaz de contarlo a nadie más. Me sentía muy decepcionada, pero al segundo mi mente se iluminó y me di cuenta que si mi madre y mi padre, ya casi no pasaban tiempo juntos y si se veían era cuando volvía uno de trabajar y el otro se iba, ¿Es posible que haya una mínima posibilidad de que el embarazo sea también de mi padre?

No quise comerme más la cabeza, y me fui a buscar a Olivia. 
Fuimos a dar un paseo, cuando nos encontramos con David, el novio de Olivia. Estaba con su grupo de amigos que venían todos de jugar al fútbol. Olivia salió corriendo y se abalanzó a los labios de su amado.
Tras un intenso beso, David se acercó y me dijo vacilón:
-Hombre... Ana, cuanto tiempo. Ven aquí que te presento a mis amigos.-
Me sentía ridícula y humillada, me fue presentando uno por uno.
Más tarde a lo lejos, venía un chico corriendo. Me llamo la atención, se quedó totalmente grabado en mi cabeza, e intente recordar si lo conocía de alguna ocasión, pero no lo reconocía, venía hacia nosotros y curiosa le pregunté a Olivia quién era. 
Olivia me contó, que era un reciente amigo de David, y que se conocieron en la tienda de deportes de su tío.
También me contó que se llamaba Alex y que vivía cerca de mi casa. Me alegre al saberlo.
Cuando Alex se dirigió hacia nosotros corriendo, y a cámara lenta para mis ojos, sentí una sensación de alivio en el corazón. Parecía una señal. Así que me lancé rápidamente a presentarme. La verdad me sorprendí a mi misma, teniendo en cuenta que siempre había sido muy tímida.
Era muy guapo y simpático. Era alto, delgado y de cuerpo trabajado, era moreno y de ojos verdes, sus labios eran infinitos y rojizos. Parecían hipnotizadores. Su voz era potente, masculina y cautivadora. Y a pesar de sus tres hora de deporte, olía perfectamente. Su olor quedó grabado en mi mente, tras acercarse a darme dos besos como saludo.
Me ruboricé y sentí mariposas saliendo de mi garganta. Y terminó por matarme, cuando abrió la boca y me lanzó la sonrisa más perfecta y atractiva de la que jamás había sido testigo.
Pasamos la tarde todos juntos, y yo lo más pegada a el posible, me transmitía tranquilidad y en equilibrio; me volví adicta a su sonrisa, sus ojos y su olor.
Tras una maravillosa tarde juntos, me vi obligada a despedirme, ya que tenía unos planes "extra" en mente.
Tras un largo trayecto de vuelta, al fin llegué a casa y por una vez, fui testigo de presenciar a toda la familia en casa. La verdad, no tenía buen cuerpo como para aguantar en pie, por lo que me metí en la cama. Y cansada mis ojos se rindieron ante el sueño.
Me vi sumida en un profundo sueño, en el estaba en mi casa, pero algo raro se notaba en el ambiente. No había nadie, la casa estaba solitaria. Comencé a caminar a lo largo del pasillo. Que paso a paso, se hacia más largo e infinito. Paré por un segundo y miré hacia atrás, la salida se volvió oscura y me sentí engullida por el sueño. 
Estire las manos intentando palpar la pared, pero había desaparecido. Me perdida dentro de la oscuridad, todo a mi alrededor había desaparecido.
De pronto, una voz de niño repitió varias veces mi nombre, y a continuación, dijo con tono furioso:
-¡Este es tu merecido, estas sola, y ya no tienes a nadie!- repitiendo, -¡Sola!-
Esta última palabra hizo efecto de eco a mi alrededor, la voz cada vez sonaba más alto y grave.
La oscuridad se desvaneció como si algo me absorbiera junto con ella.
Me desperté rápidamente, con un intenso grito. Estaba sudada, fría y pálida. Por fin había vuelto a la realidad. Miré la hora, y eran las tres de la mañana.
Cuando me tranquilicé, me levante a beber agua. Tras beber agua fresca, tranquilizarme y volver a mi color facial habitual, que en verdad no era muchos tonos más morenos del que estaba al despertarme de la pesadilla, me vino a la cabeza una alocada idea.
Mi padre se había quedado en casa a dormir, podría cogerle la llave, para poder ver que había en el misterioso cajón cerrado de su despacho.
Me parecía una aventura de bastante riesgo, pero si no probaba nunca encontraría quien era la amante de mi padre.
Me dirigí y entre sigilosamente en la habitación donde estaban mis padre dormidos, y hay estaban las llaves de mi padre, en la mesilla junto a su lado de la cama. 
Paso a paso, tan lentamente como pude para no hacer ruido me acerqué lo suficiente a la mesilla y  las cogí. Mi padre dio un fuerte ronquido y cambio de lado.
Mi corazón se subió hasta la garganta y empecé a derramar un sudor frío. Y di marcha atrás. Los pasos se me hicieron eternos, hasta que por fin encontré la salida.
Rápidamente, pero sin hacer ruido entré en el despacho. No encendí la luz para que nada llamara la atención de alguien de mi familia. Así que cogí el móvil y con la escasa luz con la que alumbraba me arrodille frente al cajón.Tenía tanto sueño que apenas mis rodillas mantenían mi cuerpo en equilibrio. 
Apoyé el teléfono en el suelo, iluminándome hacía arriba.
Mire el conjunto de llaves desesperadamente, buscando la que correspondía a la pequeña cerradura. Me encontraba perdida entre tantas.
Despacio introduje la llave más pequeña del llavero, en la cerradura. Y la giré seguidamente. Las dos vueltas que dió se me hicieron el doble. 
Sentía que no estaba preparada para ver lo que había en el interior. Me preguntaba constantemente, que podría encontrarme allí guardado.
Abrí el cajón. Miré con los ojos lo más abiertos posibles. Había una carpeta negra. La abrí sigilosamente y dentro encontré varios papeles. Un pequeño papel se deslizo por el suelo, era un numero de teléfono. Lo único que se me ocurrió en el momento fue guardarlo en mi móvil, y seguido volví a dejar el papel en la carpeta.
Seguí ojeando los papeles. Entre ellos había unos cuantos grapados, parecía importantes.
Comencé a leer. No podía creer lo que ponía en ellos. Esto cambiaba todo, y a la vez lo volvía más complicado.
Esto era una locura.


Ya hemos llegado al fin del capitulo. Espero que os haya gustado. Podéis dejarme vuestros comentarios en la parte de abajo y si os ha gustado la novela, seguirme en Twitter para poder enteraros de cualquier novedad sobre ella. Esta en la descripción de la izquierda.
¿Queréis saber de quién es el embarazo de Cristina?
¿Queréis enteraros de lo que sucederá con Alex?
¿Necesitáis descubrir quién es la amante de Rubén?
¿Os volvéis locos pensando que pondrá en eso papeles tan importantes?
Pues ya sabéis, seguir mi novela cada viernes, porque subo capitulo nuevo. 
Siento no haber podido subir a tiempo el de ayer. 


2 comentarios:

  1. Me encanta ya estoy deseando q sea viernes par leer el proximo capitulo..eres genial Nora escritora

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  2. Ya estoy totalmente enganchada a tu novela,impaciente por leer el siguiente capítulo..eres genial Nora

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